LA AGILIDAD DE LA DIRECCIÓN ESCOLAR
Acabó el curso. Quedan algunos últimos mensajes sobre pruebas de acceso a la Universidad: de notas obtenidas, de buenos resultados, aprobados, porcentajes, fiestas de graduación … En fin, datos - más o menos maquillados - para cerrar el curso.
En nuestra Fundación, seguimos inmersos en nuestro trabajo de seguir apoyando a los centros escolares que han pasado página y se preparan con mucha inquietud para un nuevo curso.
He encontrado esta reflexión en Forbes sobre la agilidad de los equipos de dirección. Una vez leído y reflexionando sobre ello, confirmo mi idea - expuesta también en mi libro “ Cero Grados” - de que el futuro de muchos Colegios pasará por la agilidad, visión y rapidez de la gestión de los equipos directivos.
Aquí os dejo las principales líneas de acción que pondría sobre la mesa para este futuro cercano:
1. Estar presente para obtener ideas
Hay que estar en primera línea para la toma de decisión. La estrategia pasa a un segundo plano, para liderar en la toma de decisiones presente. Esto hará que los equipos de trabajo y los profesores sientan que estamos en el camino en tiempo real. Preguntemos de forma poderosa, escuchemos y tomemos decisiones
2. Inspirar creatividad e innovación en nuestros colaboradores
La agilidad es una forma de trabajar. Pasa por generar libertad en la creación y potenciando la creatividad de una manera más abierta y sin miedo a la invasión de escenarios que antes eran considerados propios. Rodéate de profesores que sientan que pueden aportar: están llenos de innovación. Cada uno a su manera.
3. Muévete rápidamente
En judo tenemos una máxima: si te quedas parado, pierdes. Tu adversario se adelanta. Por lo tanto, si conseguimos entender la situación a la que nos vamos a enfrentar y lo comunicamos bien y con rapidez, nuestros equipos saben para que estamos trabajando y formándonos, y eso permite alcanzar metas.

4. Adaptarnos a lo que venga
Agilidad significa adaptarnos de forma rápida a lo que venga. Cada escenario trae nuevos desafíos - nuevos modelos de aula, nuevas necesidades pedagógicas, nueva tecnología - . Debemos usar las experiencias pasadas para aprender y usarlas.
5. Ser flexibles para tomar acciones rápidas pero seguras
Tener una visión holística de lo que ocurre. Y saber distribuir esa realidad en situaciones más pequeñas, permite ser más flexibles y rápidos en la toma de decisión. Drena nuestros recursos y permite sistemas más eficientes.
6. Ser resistente y creativo
La resistencia es una gran característica de los líderes creativos. No se atascan en sus procesos de cambio porque hacen fluir la información y la toma de decisiones asociada a ella. La mejor manera de no desfallecer - y lo digo por mi experiencia deportiva en las carreras de larga distancia - es dejar los egos a un lado y trabajar desde la sencillez y la cercanía. Así todo fluye.
7. Aprender continuamente y encarnar una mentalidad de crecimiento
Nuestro liderazgo depende en gran medida de nuestra adaptación a un entorno incierto y en constante cambio. No sabemos que pasará en los próximos meses. Si nos convertimos en aprendices permanentes - life long learning - y con mentalidad de crecimiento, siempre estaremos pensando en como mejorar y atender las necesidades futuras. Aprender de cada oportunidad nos prepara para manejar lo que suceda y nos convierte en un excelente ejemplo para otros.
8. Dejar ir lo que no funciona
No hay que estar permanentemente creyendo en lo que creemos. Hay momentos en los que conviene dejar ir… cambiar. Ser ágil significa estar dispuesto a dejar ir rápidamente lo que no funciona y probar otra cosa. Los equipos directivos ágiles desafían constantemente sus creencias y suposiciones para que puedan acometer las necesidades del momento en lugar de aferrarse a una causa que quizás ya esté perdida.
9. Escuchar, aprender y adaptar
Vivimos en un mundo donde se espera que los líderes sean consistentes, firmes y resueltos. Sin embargo, también vivimos en un entorno acelerado y caótico con pocas constantes. Los líderes que son firmes pueden parecer fuertes, pero a menudo no se adaptan. La capacidad de escuchar, aprender y adaptar la posición de una persona es una habilidad valiosa que requiere vulnerabilidad, confianza y seguridad psicológica. Los líderes ágiles consiguen esto.
10. Conectando los puntos
Aunque al principio hablaba de la importancia de la agilidad versus estrategia, nunca debemos caer en los giros continuos. En el liderazgo educativo, hay que tener la habilidad de la conexión entre los diversos factores que se impondrán en el nuevo escenario que viene. Manejar la ambigüedad y el orden en la conexión con la estrategia como un punto único supone una cualidad imprescindible a la nueva dirección escolar.
Todo está cambiando. Este escenario que parece plano, se mueve de forma acelerada por debajo en estos días de quietud ficticia… seguiremos hablando.
“Algunas personas quieren que algo ocurra, otros sueñan con que pasará, otros hacen que suceda”
( Michael Jordan )
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