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CLAVES PARA EL LIDERAZGO INNOVADOR. BREVE DECÁLOGO INSPIRADOR


Para iniciar la transformación hacia un Colegio que haga de la innovación su bandera, se precisa que el liderazgo asuma una serie de roles activos:

  

1. Impulsor de la cultura innovadora

 

Los líderes no deben ser necesariamente innovadores, pero si capaces de crear las circunstancias para que la innovación florezca. No cabe duda de que convertir un Colegio, y lograr que convivan en armonía la cultura de la eficiencia y la de la innovación, supone una profunda transformación.

En esta fase inicial de impulso, será imprescindible generar cierta insatisfacción interna, que despierte el deseo por el cambio y suponga una llamada a actuar. Para lograrlo, el líder debe ser el impulsor, y acompañar sus palabras de acciones que refuercen sus mensaje, a la vez que inspiren y guíen a sus colaboradores. Los líderes no deben ser necesariamente innovadores, pero si capaces de crear las circunstancias para que la innovación se pueda dar.

 

2. Eliminar elementos tóxicos organizacionales

 

Una vez se ha comunicado el interés por construir una cultura innovadora y se ha compartido la visión a la que debe conducir la innovación, es el momento de identificar las principales barreras internas a la innovación, determinar las acciones que ayudarán a derribarlas y asignar recursos tanto para formar a las personas, como para crear el entorno propicio para que esas personas puedan innovar de manera eficaz.

 

3. Cocreador

 

Debido a que, por definición, la innovación produce nuevas soluciones que en ocasiones pueden estar muy alejadas de las actuales, es difícil que los líderes puedan actuar como mentores o decisores, si desconocen los aspectos que han llevado al equipo de innovación a proponer ciertos conceptos.


Por este motivo, es fundamental que el líder se involucre, ni que sea parcialmente, en la búsqueda y desarrollo de nuevas soluciones. Al hacerlo, estará también enviando un mensaje contundente acerca de la importancia de la innovación en la organización.

 

4. Mentor

 

En lugar de asumir el rol pasivo de decidir si un concepto es o no interesante, y si debe por lo tanto recibir más recursos para ser desarrollado, el líder innovador actuará también como mentor. No se limitará a criticar aquello que no le guste, sino que invitará al equipo de innovación a reflexionar sobre los puntos débiles del concepto, y planteará cuestiones que puedan abrir nuevos caminos.


En este punto, es especialmente interesante centrarse en las incertidumbres presentes en cada proyecto, enfocando al equipo a dar respuesta en primer lugar, a aquellas que puedan implicar un mayor riesgo.

 

5. Generar equipos de trabajo conectados

 

Debido a su posición en el Colegio, las personas con posiciones de liderazgo tienen una visión más panorámica de los diferentes proyectos en curso y de los planes de futuro, por este motivo pueden actuar como conectores. Es decir, poner en contacto a diferentes personas o equipos, en aquellos casos en que consideren que la colaboración pueda generar sinergias.


Por ejemplo, conectar equipos que desarrollan proyectos de innovación en ámbitos similares, o evitar que un equipo deba generar una información que ya esta existe en la organización.

 

6. Toma de decisiones

 

Es sin duda un rol clave, pero muchos líderes se limitan a acudir a las sesiones en que se deben tomar las decisiones sobre que conceptos prosiguen y cuáles se descartan.


Sin embargo, tomar este tipo de decisiones sin haber pasado tiempo con los equipos de innovación, y sin vivir en primera persona los aprendizajes y motivos que han llevado al equipo de innovación a proponer ciertas soluciones, hace que suelan favorecerse solo aquellos proyectos más similares a lo que lo que la empresa ya hace.


Por esta razón, para poder formar parte del comité que decide sobre el futuro de los diferentes proyectos, es necesario pasar un determinado porcentaje de tiempo cocreando con los equipos de innovación.

 

7. Defensor de la Innovación

 

El status quo y la tradición tienen adeptos en todas las organizaciones, y los Colegios no iban a ser menos. Por eso es fundamental que existan también líderes dispuestos a defender la innovación, y legitimarla frente a sus colegas, frente a la propiedad del colegio y frente al resto de la de la comunidad escolar.

 

En las etapas iniciales, cuando la innovación es todavía un bebé indefenso, que precisa de protección y recursos para ir ganando peso, este rol es absolutamente clave. Un mecanismo para facilitarlo, es iniciar el proceso de sistematización de la innovación con proyectos que puedan generar resultados, ni que sean pequeños, a corto plazo.

 

En conclusión, demasiados directores escolares creen que solo manifestando su interés por la innovación, incorporando el término en las comunicaciones y delegando la responsabilidad de gestionarla a personas sin autoridad, la innovación florecerá de manera espontánea y generará resultados.