EL PÓKER DE LA EDUCACIÓN ¿ QUIÉN SE PUEDE SUMAR ?
Llega el final de curso. Otro más. Y con él, se abren las líneas del nuevo curso que viene, en cuánto a desarrollo de proyectos y programas pedagógicos y educativos se refieren. Ha sido un año rápido, tecnológicamente complejo y con muchas incertidumbres por definir en las direcciones de los colegios.
Ya he leido por ahí algún que otro artículo bien afinado sobre las líneas a trazar, pero por obligación y por cuestión de apoyo a los Colegios que trabajan codo con codo con nosotros, allá va mi idea de por dónde creo que deberíamos ir. Al menos ésta es mi línea de acción, la que yo seguiré, y que espero sirva de inspiración a quienes lean este articulo de apertura de este mes de junio.
Todos estamos de acuerdo en que avanzamos a un ritmo vertiginoso, la educación a nivel mundial se encuentra en un punto crucial de transformación. Los directores escolares nos enfrentamos al desafío de adaptarnos a cambios tecnológicos, económicos y demográficos que están redefiniendo el panorama educativo global.
Por eso, esta idea de la partida de poker que nos toca jugar desde la dirección, y aunque aplaudo, y mucho, las reflexiones de los consultores y empresas de nuestro sector que están en un lado de la mesa muy diferente al que nosotros tenemos que jugar, creo que el vértigo está en saber dónde pongo el valor de mi partida. Una partida sin margen de error.
La competencia es tan brutal, que hay que tirar con mucho tino esa carta que pondrá en valor o no nuestro proyecto educativo de los próximos años.
Si, si …que todo está muy bien planteado, pero mis recursos como Colegio son limitados, y la vaca se ordeña hasta dónde se puede. Luego ya no hay vuelta atrás y la jugada, maestra o no, ya estará cerrada.
Desde los modelos internacionales tan importantes, pasando por las tecnológicas y su canibalesca carrera de la IAG educativa, el marketing educativo como una herramienta de casi obligado uso y con tintes casi mágicos, y esa sensación de que si no sabes de neurociencia, coaching o inteligencia emocional estás perdiendo un tren … como que todo se complica, ¿no os pàrece?
Y ahí estamos nosotros , querido amigo directivo, con las cartas en la mano, pensando donde poner el peso de la jugada sin llegar a agotar a tus profesores, controlar la satisfacción de las familias, y a la vez, no perder el paso de la calidad o excelencia de tu proyecto.
Hace poco hablaba con una buena amiga que gestiona un gran grupo de Colegios, que me decía que sus directores ya estaban hastiados de formación. Que era imposible que asumieran más cosas en este curso.
Claro, el problema reside en que si queremos adaptación a esta ola tan descomunal que estamos viviendo, necesitamos aprendizaje en la formación - esta te la copio Alfredo -.
Pero bueno, sentadas las bases de dónde yo veo el asunto, vayamos a la partida. A las cartas a jugar …
La primera carta de este póker educativo es la llegada de la tecnología a través de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG)
Sorprendente como esta tecnología ha dejado de ser una mera tendencia futurista para convertirse en una realidad palpable en el ámbito educativo. En un abrir y cerrar de ojos, todo es IA. Las redes sociales de intercambio profesional están inundadas de IA. TODO EL MUNDO HABLA DE IA. Desde herramientas basadas en IAG para la gestión administrativa hasta los métodos de enseñanza y aprendizaje personalizados.
Los sistemas de tutoría inteligentes, análisis de datos educativos y plataformas de aprendizaje adaptativo son solo algunas de las innovaciones que están reconfigurando la educación moderna desde está tecnología.
Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos. Muchos colegios,especialmente aquellos en áreas desfavorecidas, enfrentan enormes dificultades para seguir el ritmo de esta revolución tecnológica. La falta de infraestructura adecuada, capacitación docente y, sobre todo, recursos económicos limitados, impiden que muchas instituciones puedan beneficiarse plenamente de las ventajas de la IA.
Este desequilibrio tecnológico está exacerbando la brecha educativa.
Y mientras que muchos colegios avanzan a pasos agigantados con la integración de tecnologías de vanguardia, otros luchan por mantener un nivel básico de acceso a herramientas digitales. Es crucial que se desarrollen políticas y programas que faciliten el acceso equitativo a todo este mundo, de modo que todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico, puedan beneficiarse de los avances en IA.
Como decía en mi último libro - Las mil caras del liderazgo - creo que nos hace falta mirar un poco más allá de las realidades que vivimos, para entender como la tecnología educativa, queramos o no, está haciendo un gran agujero que veremos que resultado final nos arroja.
La segunda carta en esta mano es la internacionalización y los programas internacionales
En el ámbito educativo global, la internacionalización ha adquirido una relevancia sin precedentes. Los programas internacionales, en mi opinión liderados por el Bachillerato Internacional (IB), están ganando terreno rápidamente gracias a su enfoque holístico y riguroso. Estos programas promueven una educación que va más allá de las limitaciones curriculares nacionales, preparando a los estudiantes para un mundo interconectado y multicultural.
El Bachillerato Internacional, por ejemplo, ofrece un currículum que se centra en el pensamiento crítico, la investigación independiente y una comprensión profunda de diversas culturas. Estos atributos no solo enriquecen la experiencia educativa de los estudiantes, sino que también les proporcionan una ventaja competitiva en el ámbito académico y profesional.
Sin embargo, y de nuevo, el acceso a estos programas de alta calidad no es universal.
Los costos asociados, desde las tasas de matrícula hasta los gastos operativos y de formación, hacen que estos programas sean inalcanzables para muchas instituciones y familias. Esta barrera económica contribuye a una brecha educativa que es difícil de cerrar, ya que los estudiantes de colegios con menos recursos o Colegios con números más reducidos de alumnos, no pueden acceder a las mismas oportunidades que sus pares en instituciones más privilegiadas. Para abordar esta desigualdad, es fundamental que las políticas educativas y las organizaciones internacionales trabajen conjuntamente para ofrecer subvenciones, becas y otras formas de apoyo financiero. Solo así se podrá asegurar que todos los estudiantes, independientemente de su situación económica, tengan la oportunidad de beneficiarse de una educación internacional de alta calidad.
En un mundo tan global, es un atraso la visión tan reducida de los sistemas educativos nacionales, que independientemente de sus programas, presentan una línea muy alejada del desarrollo de habilidades absolutamente necesarias para el futuro de nuestros alumnos. Alejadas en formación de profesorado - cada vez más limitado - y alejadas de las realidades del mundo que nos está tocando vivir.